Al salir de viaje por Europa, uno de los elementos imprescindibles de mi checklist es la Tarjeta Sanitaria Europea. Para mayor seguridad ante cualquier imprevisto, accidente o enfermedad en el viaje, esta tarjeta "gratuita" (entre comillas, porque la pagamos cada mes con nuestra cotización a la Seguridad Social) ofrece la tranquilidad de saber que, en caso necesario, podemos acceder a servicios públicos de atención médica en el extranjero sin tener que hacer frente a elevados gastos.
En esta publicación recopilo toda la información necesaria sobre Tarjeta Sanitaria Europea: qué es, cómo puede ayudar al viajero y cómo obtenerla. Si ya la utilizas, no es necesario que sigas leyendo, pero siempre puedes aprender algo nuevo. Por ejemplo, es importante tener en cuenta cuestiones como que la Tarjeta Sanitaria Europea tiene un período de validez, del que muchas personas se olvidan, o que su cobertura se extiende a algunos países que no son miembros de la Unión Europa.
En mis primeras publicaciones sobre Noruega bromeo con mi estado de salud, puesto que el viaje estuvo condicionado por una fuerte tos persistente que desarrollé durante mi anterior viaje Valencia, gracias a las diferencias de temperatura del verano, a 41 ºC en el exterior y 18 ºC en los establecimientos. Sin embargo, con la confianza de estar en un país amigo y con cobertura médica garantizada por la Tarjeta Sanitaria Europa, aunque finalmente no fue necesario utilizarla, viajamos a Noruega con total tranquilidad.
Qué es la Tarjeta Sanitaria Europea
La Tarjeta Sanitaria Europea es un documento facilitado por la Seguridad Social de España –así como la administración equivalente en cada país miembro de la UE– que acredita el derecho a recibir atención médica en el territorio del Espacio Económico Europeo (países miembros de la Unión Europea, Noruega, Islandia y Liechtenstein, además de Reino Unido y Suiza) en igualdad de condiciones que las personas residentes en el país de destino.
Esta cobertura médica se garantiza con independencia del motivo del viaje, ya sea por una estancia de ocio, académica o profesional. Sin embargo, la Tarjeta Sanitaria Europea no es válida cuando el viaje tiene la finalidad expresa de recibir atención sanitaria en el destino (salvo excepciones) o si la persona traslada su residencia a otro país.
Teniendo en cuenta que la prestación médica se obtiene con las mismas condiciones que los residentes del destino, en algunos casos será necesario pagar un copago fijo o un porcentaje de los gastos de la asistencia sanitaria. Es posible consultar estas condiciones y gastos en todo momento en el enlace de la Comisión Europea European Health Insurance Card: how to use the card.
Cómo obtener la Tarjeta Sanitaria Europea
La Tarjeta Sanitaria Europea se puede solicitar online, de manera muy sencilla a través de la Sede Electrónica de la Seguridad Social, así como presencialmente en las oficinas de la Seguridad Social. La tarjeta es enviada físicamente por correo postal y puedes tardar una o dos semanas en recibirla, pero es posible descargar un certificado provisional en formato PDF en el momento de la solicitud.
Por otro lado, la Tarjeta Sanitaria Europea no tiene un coste directo, pero solo está disponible de manera completa para las personas dadas de alta en la Seguridad Social como trabajadores y pensionistas, así como sus beneficiarios.
La validez de la Tarjeta Sanitaria Europea es de dos años, por lo que debes consultar su caducidad antes de viajar. En mi caso, siempre me doy cuenta de que debo renovarla cuando abro el cajón del pasaporte durante la preparación del viaje, pero el proceso de renovación es también sencillo y online.
Tarjeta Sanitaria Europea para personas desempleadas (no quería meterme aquí, pero me metí hasta el fondo)
Las personas desempleadas, se encuentren o no cobrando la prestación por desempleo, tienen unas condiciones limitadas de acceso a la Tarjeta Sanitaria Europea.
No parece lógico que el acceso a este derecho sea desigual –y además, yo no lo comparto– pero teniendo en cuenta que las personas desempleadas no tienen derecho a vacaciones y deben comunicar sus viajes al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), quien debe autorizar su salida del país, e incluso si el viaje tiene una duración superior a 90 días y no se realiza para trabajar, buscar trabajo, o realizar estudios, la prestación por desempleo se puede extinguir (más información: Me traslado al extranjero" de la página web del SEPE). Teniendo en cuenta esto, tiene sentido que la obtención de la Tarjeta Sanitaria Europea esté condicionada a las características de la situación de desempleo de cada persona (aunque insisto en que no comparto este criterio).
Si es tu caso, tampoco te vas a quedar sin asistencia sanitaria en Europa, si tienes en cuenta algunas consideraciones:
- Si tienes un trabajo estacional o discontinuo, no basta con solicitar o renovar la Tarjeta Sanitaria Europea antes de finalizar tu contrato. La Seguridad Social es clara al respecto y afirma que "La utilización de la TSE durante su periodo de validez se encuentra condicionada a que su titular continúe reuniendo los requisitos que dieron lugar a su obtención. En otro caso, los gastos que se originen podrían ser reclamados en concepto de prestaciones indebidas" (Tarjeta Sanitaria Europea, Seguridad Social).
- Las personas desempleadas, estén o no cobrando la prestación, pueden solicitar una Tarjeta Sanitaria Europea temporal en las oficinas de la Seguridad Social justificando cada caso de manera particular.
- Si no trabajas o no has trabajado, pero vives a cargo de otra persona con derecho a la Tarjeta Sanitaria Europea (por ejemplo, con tus padres) puedes obtenerla como persona beneficiaria.
¿Qué pasa si viajas sin Tarjeta Sanitaria Europea?
Aunque no lleves contigo la Tarjeta Sanitaria Europea, en ningún caso pueden negarte la asistencia médica en otro país miembro del Espacio Económico Europeo. Sin embargo, es posible que debas pagar lo gastos por adelantado y solicitar el reembolso después de volver a España (Cobertura médica para estancias temporales, Unión Europea). Eso sí, los procesos de reclamación y devolución de pagos son muy largos y engorrosos, sobre todo si se trata de administraciones de países diferentes, por lo que no merece la pena perder tiempo y dinero de manera innecesaria cuando se puede evitar con un trámite tan sencillo como llevar siempre encima la Tarjeta Sanitaria Europea.
Por otro lado, muchos países que se encuentran fuera del Espacio Económico Europeo actúan bajo el principio de ofrecer siempre una asistencia médica vital, mientras que en casos extremos se puede recurrir a una asistencia privada. La contratación de seguros de viaje también puede ayudarnos en este aspecto, aunque ese será tema para otra publicación.
>
