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Sendero pasado por agua en el Parque Nacional de Jotunheimen

Blog, Noruega

Sendero de Sognfjellet, bien señalizado en su comienzo por el Parque Nacional de Jotunheimen (antes de perderse por el interior de Noruega)

En nuestro road trip por el interior de Noruega aprovechamos la privilegiada ubicación de nuestro centro de operaciones, el Hotel Sognefjellshytta en el corazón del Parque Nacional de Jotunheimen, para recorrer un sendero en este territorio de glaciares. Sin embargo, esta zona altamente lluviosa y ventosa nos lo pondría difícil incluso en pleno mes de agosto.

Este artículo es el desenlace de la publicación “Atrapados en un hotel de montaña de Noruega”. Para ponerte en situación, tras pasar una mañana entera atrapados en nuestro alojamiento por causa del mal tiempo aprovechamos el único intervalo sin lluvia del día para salir a recorrer el paisaje que tanto nos ha desconsolado desde nuestra llegada. Por supuesto, nos la jugamos contra una meteorología tan variable y, por supuesto también, la lluvia nos pillaría en mitad de la ruta. Para finalizar la contextualización de esta publicación, llevaba arrastrando una fuerte tos de perro desde semanas antes de volar a Noruega, haciendo peligrar el propio viaje mientras que la idea de utilizar la Tarjeta Sanitaria Europea cobraba cada vez más fuerza.

Bergen, a tan solo 200 kilómetros de distancia en línea recta, es la ciudad más lluviosa de Europa (The Weather Channel), por lo que encontrar chubascos en esta región del suroeste de Noruega es más que probable en cualquier época del año.

Pese a todo –o más bien por todo ello– merece la pena arriesgarse, puesto que disfruto como un niño pequeño caminando bajo la lluvia (siempre que todo esté controlado).

Un sendero salvaje del interior de Noruega

Entre otras cosas, viajamos hasta aquí para descubrir alguno de los innumerables senderos de Noruega. Así que bien preparados para la lluvia, con el dicho que reza “no hay mal tiempo, sino ropa inadecuada” (El clima y las estaciones en Noruega, Visit Norway) bien aprendido, salimos al exterior del Parque Nacional de Jotunheimen seguros de nuestras posibilidades, infladas aún más tras observar por la ventana que algunos noruegos se paseaban en camiseta por el paisaje como si nada. Además, no podíamos permitirnos repetir nuestro reciente fracaso en el glaciar Nigardsbreen, así hoy nos empeñaríamos en completar el pequeño trekking que nos habíamos propuesto, fuera como fuera.

Vemos que los senderos en el Parque Nacional de Jotunheimen están muy bien señalizados, al menos en el inicio, así que tomamos el que sale desde el viewpoint oficial de Sognefjellet, instalado en el propio hotel. Tras añadir algunas personalizaciones al recorrido y guardarlas el track en nuestro reloj GPS nos adentramos en el paisaje salvaje para intentar acercarnos a los glaciares que nos rodean.

Puedes leer una versión más técnica del recorrido en la publicación “Un paseo entre lagos y glaciares en las tierras altas de Noruega” publicada en Lainakai.com.

Nos encontramos en un paisaje sobrecogedor de tundra alpina con todas sus características: territorio elevado y sin vegetación arbórea, suelo rocoso y escarpado poblado por musgos, líquenes y pequeños arbustos que son capaces de sobrevivir al clima frío y ventoso, teniendo en cuenta que estas condiciones son extremas durante el invierno. Este territorio forma parte de los Alpes escandinavos, también conocidos como Escandes, cuyo paisaje se extiende por una cordillera que tiene su origen en esta región del suroeste de Noruega y llega hasta el norte del país, bordeando toda la costa de la península escandinava y ocupando espacio perteneciente a Suecia y Finlandia a lo largo de su recorrido de más de 1.700 kilómetros (Alpes escandinavos, Wikipedia).

Es una pena que las nubes, que nos han acompañado durante todos los días de road trip sin excepción, nos impidan ver las cimas de las montañas. Entre ellas, la del monte Galdhøpiggen, la más alta de Noruega con 2.469 metros de altitud (mejor así, no nos de por subirla).

Pasados por agua en el Parque Nacional de Jotunheimen

Así que, como adelanté al principio, nos la jugamos. Como era de esperar, podía llover y llovió en la región más lluviosa de Europa, justo mientras nos encontrábamos en la mitad del camino. En la zona más elevada de la ruta, frente al glaciar Leirbrean, comienza un chubasco moderado que nos acompaña durante el resto del trayecto.

Disfrutando de la calma de las vistas del glaciar Leirbrean.
Disfrutando de la calma de las vistas del glaciar Leirbrean.

Estando en la mitad del recorrido preferimos completar la ruta circular que habíamos diseñado, ya que tenemos buena visibilidad de los puntos de referencia principales (la carretera y el hotel a lo lejos) y llevamos nuestro reloj GPS.

Para darle emoción, el sendero se desdibuja según nos adentramos más en terreno salvaje, mientras que el camino se ve interrumpido por las frecuentes pedreras y los ríos que crecen con la lluvia. Las señales, que eran evidentes en el comienzo, se sustituyen por las discretas marcas de los senderos de Noruega (una sencilla T roja dibujada en la piedra) que nos cuesta encontrar en cada bifurcación. Sin embargo, tenemos experiencia y sin más contratiempos que parar algunas veces para observar a nuestro alrededor y buscar las coordenadas del camino en nuestro GPS, llegamos al punto de salida completamente mojados y pasados agua.

Por suerte, tras nuestro regreso al hotel pudimos disfrutar de bebidas calientes gratuitas (marca de la casa típica de la hospitalidad noruega) durante el resto de la tarde.

Fuentes y enlaces de interés

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