Nuestro road trip por el interior de Noruega nos llevó por más de 500 kilómetros de ida (y otros tantos de vuelta). Partimos del aeropuerto de Oslo-Gardermoen y ponemos dirección al noroeste, utilizando varias varias vías de la excelente red de carreteras del país. Entre ellas, buscamos la famosa ruta panorámica de Sognefjellet (carretera 55) para adentrarnos de lleno en los parques nacionales de Jotunheimen y Jostedalsbreen en un recorrido de cuatro días entre bosques, ríos, cascadas y glaciares, sin olvidar la convivencia con la cultura escandinava y sus habitantes.

Durante el trayecto realizamos numerosas paradas. Las poblaciones de Gjøvik, Lom, Fortun y Gaupne nos servirían como lugar de breve descanso, recarga de gasolina y cafeína, pero perdimos la cuenta de cuántas veces nos detuvimos a contemplar el paisaje durante innumerables paradas en cada saliente de la carretera. Nuestra estancia en Sognefjellshytta, en mitad de la ruta, nos permitió recorrer el Parque Nacional de Jotunheimen y las tierras altas de Noruega, tanto en coche como a pie, disfrutando del contacto directo con la naturaleza.

En el punto más alejado del recorrido buscamos llegar hasta el mismo frente del glaciar Nigardsbreen. Este sería el gran objetivo (o al menos el más lejano) de todo el road trip, pero la meteorología y un error en nuestro equipamiento harían que nos quedásemos muy cerca.

Glaciar Nigardsbreen descendiendo del Jostedalsbreen.
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