Logramos ver la aurora boreal en aquel viaje de fotografía masiva en el invierno de Islandia, justo al final de nuestro road trip del que ya te hablé. Lo conseguimos después de perseguirla a lo largo y a lo ancho de la isla, conduciendo bajo fuertes ventiscas y nevadas, noche tras noche, con el equipo de Lainakai.com en una aventura contada con más detalle en el artículo En busca de la aurora boreal en Islandia.
Como ya te adelanté, ver la aurora boreal no fue fácil. Se requieren condiciones muy especiales para ello: noche oscura, cielos despejados, frío extremo y alta actividad solar previa. Aún así, al formarse, la aurora boreal es esquiva para el ojo humano, aunque no para las cámaras (incluso cuando esta no se manifiesta con la intensidad suficiente). Intuimos una leve mancha en el cielo, apuntamos, dejamos entrar toda la luz posible en el sensor y así fue como conseguimos fotografiarla por fin sobre el monte Kirkjufell, en el noroeste de Islandia, durante una gélida noche de marzo.
Pero como siempre, cuando menos te lo esperas, la naturaleza te sorprende contra todo pronóstico. Este fue el caso de nuestra última noche en Islandia, en las inmediaciones del aeropuerto de Keflavík, donde la aurora boreal apareció con una gran intensidad, visible a simple vista, a pesar del bajo índice KP previsto y las intensas luces de la civilización.
Sin ninguna duda, se trata de una de las manifestaciones más sobrecogedoras del planeta Tierra, de esas que logran incluso generar grandes cambios en el espectador. Puedo decirlo por experiencia propia.
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